viernes, 8 de febrero de 2013

CUANDO UNO SE PONE VIEJO.




A veces uno no quiere aceptar que el cuerpo le va dando alertas para que se cuide o para que tome las precauciones de lugar para evitar ciertos problemas que acarrearían problemas a futuro; en el día de hoy amanecí con cierta molestia en la espalda que termino siendo un esguince que me ha sentado a reflexionar en que he fallado o mejor aun que he dejado de hacer para que el cuerpo reacción de tal manera gritándome: “compai hay un fallo”.

Luego de pasar un par de horas entre una emergencia saturada de niñ@s con mascarillas puestas para nebulizar, embarazadas con dolores de parto y un hombre que llego cargando entre dos me fui a ver a mi ortopeda que muy graciosamente (con cierto sarcasmo incluido) me dice: “licenciado que lo trae por aquí”, yo solo atine a pensar que los pies.

La visita fue breve ya que el dolor es insoportable, salí debajo del brazo con dos recetas y par de cajas de pastillas para ver si aplaco la dolencia que me aqueja y con la observancia de que tengo que volver la semana que viene con rayos X en manos para ver si no me he complicado mas la espalda de gelatina que tengo.

En estos momentos de soledad es que me pongo a pensar cuales son las actividades en las que deje de incurrir para que mi cuerpo dijera que hay un fallo; haciendo un resumen citare las más importantes sin importar su orden, primero colgué la franela retirándome del básquet, segundo tire los guantes y me aleje del gimnasio, tercero vendí la bicicleta retirándome así del mundo de las dos ruedas y cuarto deje de empinar el codo con la frecuencia de la década de mis 20`s.

Finalizando este análisis introspectivo creo firmemente que tengo q volver a retomar algunas de esas actividades porque me doy cuenta que mis achaques solo han aparecido luego de haberme retirado bruscamente de mis actividades deportivas.

Sé que la controversia esta creada al termino de este capítulo que para nada es jocoso e interesante pero como dueño de este espacio me dio el placer de plasmar estas palabras vacías para algunos y carentes de importancia para otros.