Hasta la mitad de este mes de septiembre del 2015 luego de una serie de eventos que hay que enmarcarlos en la pared para cuando pases por el pasillo verlos a diario y recordar no caer de nuevo en ellos pude analizar bajo la discreción de la soledad que uno como chófer con cierto dominio del volante tiene que ser cauteloso al momento de tomar decisiones que pueden tener como consecuencia finales o principios catastróficos que luego seria muy difícil sortear, y esto ultimo lo vemos a diario en el trabajo, en la relaciones interpersonales, en lo económico y hasta en lo espiritual.
Cuando llega ese momento nefasto en el que te ves envuelto sin remedio en tomar una decisión se debe jalar el freno de emergencias, soltar el paracaídas y bajar las revoluciones a la mínima expresión con tal de que lo que sea que pensaste decir o hacer en alta no tenga consecuencias irreversibles y después andes pidiendo cacao por ahí triste y harapiento.
Así querido (a) lector (a) siéntese un momento y reflexione, mire hacia el cielo y de gracias a Dios porque si usted se ve en una situación que esta a tiempo de corregir o por el momento pasar el niagara en patines porque no tiene ni consiguió a un amigo que le prestara una bicicleta significa que la primera parte de lo peor ya paso y esta en el ojo del huracán esperando que llegue la segunda tanda que es la que da mas duro, pero voy mas lejos si pudo pasar esa vicisitud con el menor de los daños sufridos porque se supo manejar y puso en practica todo lo que dice el manual del conductor pues permita me felicitarle por haber llegado a la otra orilla aprendiendo de la lección recién vivida.
P.D.: Conduzca con cuidado y no se lleve a nadie por delante en el camino hacia la cima porque es muy duro tener que bajar y encontrarse de manos a boca con el atropellado en circunstancias no muy agradables para usted.