martes, 4 de diciembre de 2018

Enlatados Como Sardinas.


La distancia implica que haya una separación entre dos cuerpos, pero cuando es todo lo opuesto y te encuentras en una situación de estar apretados de tal manera en donde no cabe ni un alfiler pues la cosa se pone interesante.

Y esto fue lo que precisamente le sucedió a un estimado amigo cuando regresa a su tierra luego de unas merecidas vacaciones familiares; como siempre les recuerdo no doy nombres propios para salvaguardar la integridad física y moral de mis fuentes y por tanto el nombre dado a este personaje es el “Dotol de los Pies”.

Esta historia será contada en varios actos para que Uds. puedan imaginar como transcurrió todo.


ACTO 1: MEDIO DE TRANSPORTE

Resulta y acontece que el Dotol de los Pies estuvo fuera del país disfrutando de unas vacaciones familiares en la que nos contó en pocas palabras que se sintió como un niño pero como todo comienza de una manera así mismo debería de terminar (en teoría), sin embargo cuando pisa tierra dominicana solicita los servicios de transporte por una aplicación muy reconocida a nivel mundial, cuando le da la alerta del tipo de vehículo que lo piensa recoger decide descartarlo porque calculo mentalmente que no iban a caber ni él ni su familia en tan diminuto auto.

Vuelve a solicitar una vez más por la misma aplicación a ver si corría con mejor suerte pero así mismo vuelve y sale el mismo conductor con el auto pequeño, en lo que esto sucede se la acerca su primogénito y de manera sarcástica le dice: Papá no entremos en ese carro que es muy chiquito y este le contesta con la paciencia que lo caracteriza que lo sabe, pero vuelve a insistir su vástago: Y por qué no lo cancelaron? Y detrás se escuchaba la voz de la consorte del dotol diciendo: “Cállate Muchacho”.

A todo esto como no hubo más remedio y aun sin saber cómo aplicaron geometría del espacio se introdujeron dentro del auto y así comienzan su travesía que los llevaría a su hogar mientras dentro del vehículo se escuchaba la dulce voz de la pequeña que decía: “Mamá tengo sueño y este carro es muy chiquito” a lo que a esta también le bailaron su boche.


ACTO 2: LA DISTRIBUCION 

Aquí contamos de manera rápida que un vehículo pequeño entraron: 4 maletas, 4 mochilas, dos adultos y dos niños.

La distribución fue la siguiente: 2 maletas atrás (me imagino yo que en el baúl), 1 adelante con el dotol y otra detrás debajo de los pies de los niños.

Puedo deducir que el conductor pensando en no dejar caer esta vuelta se las ingenió para colocar los demás bultos y pasajeros de forma que fuera lo bastante cómodo dentro de lo incómodo y uso otra estrategia que fue poner música para distraerlos y según cuenta el dotol de los pies el conductor arrancó con los Hermanos Rosarios.

 
ACTO 3: FINAL DEL RECORRIDO.

Cuando al fin llegan a destino, dígase a su hogar comienza el proceso inverso, entiéndase el de desmontar todo y lo primero que infiere el dotol de los pies es: “Estoy Atorado” aquí lo gracioso de todo esto consistía en que no solo él estaba atascado sino que toda la familia no podía salir, puedo también deducir aquí en este punto de la narración que como todos entraron en serie de la única forma de salir era haciendo exactamente todo lo opuesto.

Cuando logran salir y subir todo a la casa siendo ya bastante tarde en la noche cuestiona la hija a su padre de la forma más elocuente posible que cual es la cena? Yo aquí como padre que también soy me imagino la cara exacta que puso mi estimado amigo al escuchar estas palabras viniendo de su pequeña; a lo que no se pudo evadir esa situación y se fajaron hacer cena acostándose entre cuentos de madrugada.

Me fije en el siguiente hecho y es  que mientras el dotol de los pies hacia su narración estaba gozándose todo el cuento y eso mis apreciados lectores es lo que nos queda en esta vida que a veces suele ser dura, pasar buenos momentos en familia y hacer historias para luego contarlas y reírse a carcajada.


Datos a tomar en cuenta y para que usen matemáticas e imaginación:
  •  El dotol de los pies mide 6’4” y 250 libras mojado. 
  •  El vehículo en que regresaban a su casa era un Kia Picanto (valga la Cuña).
  • De las maletas por osmosis habían como mínimo 2 para adultos.