Ha pasado un poco mas de un año tratando de convivir en medio de una pandemia, algo nuevo para estas generaciones ya que muchos no sabían quizás que la misma palabra existiera ni tampoco su verdadero uso.
Hemos visto la desesperacion de muchos por no poder hacer una vida cotidiana normal, y sin embargo, en ese mismo lapso de tiempo muchos no han querido/podido reinventarse para poder congeniar con este situación que si bien es cierto ha sido abrumador para muchas personas quizás para otras no lo han sido tanto.
Luego de una semana y en el tercer intento tratando de escribir este capítulo, me doy cuenta de que no importa lo que piense escribir el resultado será el mismo, el tema central es la adaptación al momento en que se está viviendo y como lo haces.
Quizás no lo he sentido tan tedioso porque tengo poco mas de dos años que no tomo vacaciones y que por conveniencia o no me ha tocado trabajar desde la calle, lo que ha provocado que mantenga el mismo ritmo sin que tenga día de descanso si se puede llamar así para que los que están haciendo el trabajo en la casa, quienes han tenido que trabajar mas porque se les ha sumado también el trabajo de velar para que los hijos tomen sus clases virtuales.
Que hablando de clases virtuales, ya muchos niños están hastiados de estar encerrados sin poder salir y compartir con sus demás compañeros y vivir su día a día como lo era hace dos años atrás, lo cual me recuerda lo gracioso de la situación ya que antes había que cuasi obligarlos a asistir a las clases y ahora se quejan porque quieren ir, que paradoja de la vida.
Por eso es importante apreciar los diferentes momentos de la vida, sean agradables o no tantos, porque eso es lo que te permite seguir atado a este mundo en el aquí y el ahora.
Nada traten de seguir con sus vidas, gracias por pasar a leer.