Haciendo un estudio social me he dado cuenta que los tiempos
han cambiando de una manera asombrosa porque quien diría hace unas cuantas
décadas atrás que las fajas llegarían a convertirse en un prenda tan valiosa en
estos tiempos modernos.
Dentro del estudio se llego a conclusión de que no tiene
edad, raza, color o tamaño, hay para todos los usos y engaños, si hombres nos
han vendido un sueño.
Claro, no me mal interpreten no me opongo a que sean usadas
para recoger ciertas cosas pero usarlas para mostrar otras cosas que no se
tienen de manera natural o con ayuda de la ciencia como que ya es un abuso para la vista de los
ojos inquisidores que hay por doquier.
Pero es que en mi infancia de las únicas fajas que se
hablaba eran las del campeonato nacional de lucha o de las fajas del campeonato
en parejas o también de la fajá que se daba uno en el colegio cuando se salía
al recreo.
Ahora en la era pop-moderna de lo que se habla es si esa
faja tiene o da aquello, trayendo como consecuencia que las mentes
maquiavélicas se llenen de imágenes inexistentes y que al momento de destapar
se den cuenta de que el vil engaño es para atraer a cual mosca que se marea por
el delicioso sabor de la miel.
A esos niveles es que estamos.
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