martes, 12 de noviembre de 2013

La Faja.



Haciendo un estudio social me he dado cuenta que los tiempos han cambiando de una manera asombrosa porque quien diría hace unas cuantas décadas atrás que las fajas llegarían a convertirse en un prenda tan valiosa en estos tiempos modernos.

Dentro del estudio se llego a conclusión de que no tiene edad, raza, color o tamaño, hay para todos los usos y engaños, si hombres nos han vendido un sueño.

Claro, no me mal interpreten no me opongo a que sean usadas para recoger ciertas cosas pero usarlas para mostrar otras cosas que no se tienen de manera natural o con ayuda de la ciencia  como que ya es un abuso para la vista de los ojos inquisidores que hay por doquier.

 Pero es que en mi infancia de las únicas fajas que se hablaba eran las del campeonato nacional de lucha o de las fajas del campeonato en parejas o también de la fajá que se daba uno en el colegio cuando se salía al recreo.

Ahora en la era pop-moderna de lo que se habla es si esa faja tiene o da aquello, trayendo como consecuencia que las mentes maquiavélicas se llenen de imágenes inexistentes y que al momento de destapar se den cuenta de que el vil engaño es para atraer a cual mosca que se marea por el delicioso sabor de la miel.

A esos niveles es que estamos.

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