Dicen que las segundas partes nunca son buenas pero como todo en la vida hay excepciones a la regla q a veces suelen ser agradables. Este quizás no sea el caso tampoco pero como hay que seguir aprendiendo es necesario buscarle el lado positivo de las cosas.
En el capítulo anterior vimos como barrieron el piso con el principiante por incauto; ahora se contara el resto de la historia que viene producto de la misma toalla (que toalla que salió cara), otra vez desde el lugar de los hechos y contada por el principiante. Acechen.
Bueno ya paso el evento creo que la lección fue aprendida, no le pongas las manos y mucho menos me debo de limpiar con cosas que parezcan de lujo porque en realidad están ahí para eso y más nada, en lo adelante tendré mis cosas aparte para hacer con ellas lo que me dé la gana y así cuando la señora diga algo hacerme el loco como siempre.
Ya que no es prudente seguir en este declive de cosas déjame ir en búsqueda de la experiencia de mis amigos que entraron hace tiempo al cuarto oscuro y de paso desahogarme con ellos porque me da miedo que si digo algo me entre otra vez como la conga aunque yo tenga un chin de razón.
“Pero en la confianza está el peligro” así reza un viejo adagio popular, pensé que a pesar de convivir con alguien uno tendría cierta privacidad y nunca llegue a imaginar que me iban a monitorear en las redes sociales, más me explico a mí no me importa que me caigan atrás porque siendo franco no ando haciendo lo mal hecho y hablar con los amigos y contarle alguna que otra vivencia en busca de consuelo y consejo no tiene nada de malo (entiendo yo), pero que iluso fui al creerme ese cuento, al parecer en un descuido mío deje una de las cuentas abiertas y mi señora se sentó en la pc a buscar algo (según ella) y leyó el desahogo con el asunto de la bendita toalla, lo que me esperaba a mi cuando llegara a la casa no iba hacer chiquito.
Luego de terminar otro día en la oficina cansado y arrastrando las consecuencias de mis actos anteriores toma le determinación de enfriarme y entro en una tienda por departamentos a comprarle algo a la señora como símbolo de paz para zanjear el asunto y echar eso en el saco del olvido, después de dar vueltas y vueltas me topo con un juego de toallas de lujos que me servirán para tapar el error cometido hasta final del año, mientras en el hogar se cocinaba algo y no precisamente comida.
Al llegar a casa y abro la puerta lo primero que hago es meter la mano con la funda que llevaba la ofrenda de paz por si acaso y al ver que no pasó nada decido entrar completo, miro para todos los lados y no veo moros en la costa y me digo: al menos estoy a salvo, vamos bien, deposito los paquete encima de la mesa recorro el pasillo para llegar a la habitación, como ya sé que no puedo encuerarme y tirar la ropa en el pasillo me cuelo hacia adentro y sorpresa la mía al ver a la señora que tenía una cara de pocos amigos y me esperaba con la banda de música y todo y solo atina a decirme (en la vocecita que suelen poner las mujeres cuando arrancan a pelear):
*entonces tu ahora vas andar en las redes sociales contándole a tus amigos que yo te acabe por una toalla?;
*A la verdad que tu si has salido tremendo y para colmo de males tus amigos curándose en especial el morenito ese;
*pero a ti te quedan riñones todavía…..
*Ay ya yo vi que tú y yo vamos a bailar bien pegao…
Señores para no alargar más el cuento esa noche ni dormí bien porque la señora entro en modo automático y cada vez que yo iba a buscarle el lado solo decía:
*“dile a tus amigos que te den de #eso”;
*échate para allá que hoy tu estas súper caliente;
No me quedo de otra que arroparme hasta donde la sabana me dio y esperar un nuevo amanecer.
Bueno al parecer el principiante lleva de 2-2 en cuanto a toallas se refiere, supongo que después de esta vivencia se abstendrá en lo adelante a mencionar toallas y sus derivados en cualquier parte donde se encuentre con la señora y ahora más se cuidara de estar haciendo comentarios adversos en las redes sociales con sus amigos porque saben que lo están vigilando; yo de mi parte andaré con cuidado porque no sé cuándo ni dónde me agarraran a mí para echarme el guante y cobrarme la factura por estar posteando este tipo de cosas, así que mi pela de lengua también va.. jajajjaja
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