Hacía tiempo que tenía estos
datos pero no se me ocurrió escribirla porque no sabía cómo hacerle una
adaptación para cubrir ciertos huecos, además de que tenía que hacerme con la
autorización de quien me contó la historia pero luego recordé por vía de una
colega bloguera que si me dicen algo que no está fuera de record es material
para escribir.
Me cuenta una asidua lectora que le paso algo que
le lleno de pique y de sorpresa todo al mismo tiempo porque es algo usual que
pase entre las personas en vivo y en directo pero no por medio a las redes
sociales y aun mas allá existiendo una distancia prudencial entre las partes
envueltas.
Para fines de guardar el
anonimato de todas aquellas personas que me hacen llegar sus historias por
cualquier vía de comunicación no tuve más remedio que buscarle un apodo a la
susodicha y de ahora en adelante será “La mortificadora”.
Me relata la mortificadora que
ella cuenta con un cerrado club de fans en una de sus redes sociales pero que
ha surgido a raíz de ciertas publicaciones de frases que le llegan a la mente y
de fotos para nada atrevidas que sube de su persona, aclaro en este punto que
ese club de fans está compuesto tanto por hombres como por mujeres ya que el
selecto grupo que lo conforma son personas cercanas a ella.
Pero dentro de ese club de fans
siempre se destaca una que otras personas que tratan de buscar protagonismo en
la vida de la mortificadora pero que ella como persona no influyente en las
redes sociales se lo toma muy calmadamente pero sin dejar de estar pendiente a
los comentarios de sus seguidores.
Hay una persona en especifico a
la que le presta más atención porque esa persona según me cuenta la
mortificadora le es más atenta y hace poca actividad pública pero cuando suele
comentar algo siempre deja caer un balde de agua fría (con sus encantos
transmitidos en palabras), esta tanto así que ya el esposo de la mortificadora
(si porque ella está casada y con hijos) se puso chivo porque ve cierto
coqueteo entre el fan #1 y la respuestas que da la mortificadora inmediatamente
le ponen un comentario de esos explosivos.
Ella en su defensa dice que le
parece muy agradable leer cosas que pone el fan #1 porque con eso logra varias
cosas: a) le levanta el ánimo; b) le llama la atención al marido para que no se
descuide y c) hacen un alboroto en las
redes sociales que se extiende casi todo un día; esto último se da porque las
demás personas que componen el club de fans también tiran sus epitafios.
Pero el asunto no concluye ahí,
según me cuenta la mortificadora su esposo le pregunta sin maquillajes que
quien es el fan #1 que tanto comenta casi todo lo que pone, ella se queda
extrañada porque solo observa a esa persona y no ve los demás comentarios de
los demás, o al menos se hace el de la vista gorda.
Como ella no tiene nada que
ocultar y es transparente le dice que el fan #1 no es más que otra simple
persona a la que le cala muy bien los post que hace en sus redes sociales; yo
como entrevistador me adelante a preguntarle si había algo mas allá de
comentarios y halagos entre ella y el fan #1 a lo que ella se echa a reír y me
informa que no puesto que ambos se encuentran en países distintos y que ella a
pesar de ser algo picara no está en eso porque tiene su mente y su vida
centrada.
Pero como su titulo indica quiso
poner un rato a su marido en sosobra para que la dejara en paz, aquí un
extracto de lo conversado:
Marido: dame dato del fan #1…
Mortificadora: ¿que tú quieres
saber?
Marido: ¿que lo que con él?
Mortificadora: el es otro más de
los que componen el club de fans
Marido: ¿ehhh y tu mangas con él?
Mortificadora: si
Marido: seguro que si…
Mortificadora: es mas por mi
piensas lo que quieras, no es mi problema que estés haciendo ideas de cosas que
no son, tú me conoces muy bien y sabes que no entro en esas vueltas...
Marido: yo espero que sea así...
Mortificadora: te puedes cuidar…
Reconozco como escritor que la
cosa se puso sabrosa pero ella me dice que por un lado le sorprende que su
marido se ponga celoso por simples post de gente que él conoce pero le da pique
por el otro lado porque pone en tela de duda su juicio y mas allá la forma de comportarse de ella,
que él (su marido) sabe que ella no es capaz de hacer esas cosas porque si
no estaría soltera.
Yo solo agregue que cualquiera
viéndola a ella se pondría chivo si encuentra a otro ser humano tirándole
cositas por las redes; ella me contesto que no sería tan obvio de hacer algo
publico que le traiga problemas y que cosas como esas ella solo se ríe porque
le dan gracia, que mas del simple juegos de palabras ella no hace nada para
provocar a nadie.
Una vez más entiendo que las
redes sociales son un arma de doble filo pero que mas allá del uso dado las
personas conscientes deben de entender que no todo el mundo anda haciendo lo
mal hecho, que muchas veces es un medio de escape a los problemas mundanos pero
que irremediablemente existen personas que por ganas de embromar la paciencia
le quieren siempre buscar la quinta pata al gato.
Moraleja: cierre todo y váyase
para un monte y siéntese a meditar.
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