Comenzamos lo que espero que sea una
saga llena de jocosidad con la viuda que se ha puesto para ustedes querid@s
lectores. La siguiente narración es contada por ella misma, presten atención para
que aprendan porque no se puede dejar las cosas para último.
Salgo de mi casa a las 9 am,
rumbo a donde mi madre para buscar el dinero prestado porque el banco no me ha
devuelto mi bien ganado salario. Llego y me entregan una humilde suma de… (Dejémoslo
así), para los que no lo saben mi ubicación residencial se encuentra por la Av.
España y mi querida madre vive en ciudad nueva, entonces mi primer carrito
publico de la mañana (5 esquinas para abajo, a pies).
De camino para el parque
independencia me doy cuenta de que deje los papeles en la casa (un éxito que
vaya a sacar el marbete perdido sin la placa), no me queda de otra que
devolverme, en el segundo carro publico del día ya esta resonando una bachata (cabe
decir que no soy para nada amante de ese género musical) pero ya me estoy
aprendiendo las canciones del “duro de la bachata”.
Vuelvo a mi casa, y como hay una construcción
atrás ya los haitianos que me han visto pasar no encuentran que decirme, son
tres porque antes de tomar el primer carro publico fui al colmado (me vocean),
salgo del colmado para mi casa (repetición) y cuando salgo a tomar el carro público
(secuela), entonces esta vez se quedan pensando que decirme.
Tomo mis documentos y me dirijo
nuevamente en búsqueda del marbete perdido. En el transcurso llamo al coronel
(mi padre) para pedirle asistencia en localizar la oficina más cercana y menos
concurrida, me dice que me vaya a la casa de él y que lo espera allá que ya
casi sale del trabajo para que nos juntemos
y vayamos a sacarlo porque el también necesita el suyo.
Accedo y tomo mi tercer carrito
publico con mas bachata (si el duro de la bachata) y ya va subiendo las horas
siendo las 11 am, de paso cabe destacar que mi padre vive por los lados de la feria,
pero en el carro que voy para el parque el genio del chofer se decide a
desviarse por la Jacinto de la concha, y es donde me doy cuenta y presto más atención
a mis alrededores notando lo pintoresca que es mi cuidad algo que he olvidado,
y me hubiese gustado que se mantuviera en el olvido por más tiempo, en este
punto no quiero que me mal interpreten, no soy elitista para nada, solo que me
gusta el confort que mi dinero puede pagar, dígase mi carro. El hecho es que vi
una fábrica de hacer cajas de muertos, y al lado se encuentra una floristería,
a lo que me llega a la mente: “bien pensando”.
Llego al parque rezando no
encontrarme con un “ex” que trabaja cerca (si otro ex) quien me boto cual
billete de lotería pelado, dejándome completamente al olvido, y dándome la
excusa más vieja del mundo o al menos la más utilizada por ellos: “no eres tú,
soy yo”, necesito tiempo para averiguar cómo me siento en esta relación;
afortunadamente para mí el universo escucho mis plegarias y no me tope con ese
individuo.
Abordo otro carrito público (con
mas bachata) que dice ir hasta la feria decide quedarse a medio camino por
insuficiencia de pasajeros; en el quito carrito publico con otra selección de
bachata (no sabía quién cantaba) parece ser que los de la ruta se ponen de
acuerdo para escuchar lo mismo en secuencia; sigue subiendo las horas y ya
empieza a sentirse el estomago. Llego donde el coronel, y para variar aun no está
en la casa.
Mi madrasta es lo suficientemente
amable para entretenerme y me brinda que comer (un sancocho en su punto más
ardiente, con el calor que hacia); a eso de las 1pm el coronel se acuerda de mi
existencia y me llama para decirme que se le presento un asunto de carácter de
urgencia en la Secretaría (FF.AA), que ya casi salgo para allá. Para aquellos
que conocen muy de cerca al coronel saben que sus ya “casi voy” significan que
le de una hora más contando que las oficinas de DGII cierran a las 4pm.
A eso de las 2:15 pm hace su
entrada por la puerta principal el coronel pero aun tiene que bañarse y comer
pero afortunadamente lo hace rápido y media hora más tarde vamos saliendo,
antes de ponernos en marcha me pregunta a que oficina vamos le digo que un amet
me había dicho que fuera a la sucursal de la bolívar o a cualquiera que tuviera
un departamento de vehículos, entonces nos dirigimos Lincoln arriba.
Al parecer el cansancio le ataco
porque en vez de doblar en la bolívar sigue derecho hacia la 27 de Febrero diciéndome
mejor vamos hacia la principal (acuérdense que son casi las 3 y el tiempo
arriba), luego de tomar par de atajos llegamos a la principal pero nos dicen
que tenemos que ir a la oficina de la bolívar ubicada después de la Lincoln y
ante de la Churchill, una belleza porque estamos en conteo regresivo queda
menos de una hora para el cierre.
Salimos y llegamos 30 minutos
antes del cierre como el coronel estaba vestido de militar se salta la fila
para hablar con un comandante en la oficina, yo que voy detrás me atraso unos
pasos y cuando voy a entrar en la oficina, el oficial de la puerta me la cierra
en las narices y me mira mal, le explico que ando con el coronel y me hace caso
omiso hasta que el coronel le ordena que lo deje pasar y por la cara que puso
mi padre al decirle eso hizo que el oficial se pusiera pálido (habrá pensando
que se metió en problemas) yo en mi mente le saque la lengua y me burle.
El encargado de la oficina que
tiene rango de teniente de la policía muy amablemente nos explica, luego de
hacernos algunas preguntas de lugar nos informa que a los vehículos presentar
el atraso debemos de llevar dos copias de la matricula (yo solo andaba con
una), me dice que volviera al otro día temprano y que lo procurara a él para
hacer los trámites de lugar (tráfico de influencias), al menos salí con medio
asunto resuelto.
Me aprovecho de que el coronel va
para la academia naval y vengo en bola para mi casa, gracias a Dios que no me
toco coger otro carro público, se me habría hecho difícil con mi enana arriba y
también me ahorre escuchar otro canción de bachata; pero más allá de que mi día
terminara recibo un mensaje al celular de parte del banco diciéndome que ya me
repusieron el dinero pero que tenía que dirigirme otra vez al banco a sacar
otro nuevo plástico.
Retomando este escritor la
palabra cabe decir que más cosas de ahí no pudo pasarle a esta dama pero si
puedo decir que al momento de redactar este capítulo la joven anda rodando por
las calles de la cuidad a pies (si tomando carros públicos) terminando de
buscar el marbete perdido, teniendo que ir al banco y participar en una marcha que
organiza la Secretaría de la Mujer en contra de la Violencia contra La Mujer.
Ya veremos qué le pasa… así que atentos.
Dejare de quejarme por lo q me ha tocado... Lo admito, no es nada. Jejejeje
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