Rescatando a una Viuda en Peligro… (2da parte)

Por falta de tiempo y teniendo un fin de semana ajetreado con muchas actividades por delante no pude concluir con las peripecias de la querida y bien ponderada viuda que luego de ponerme en contacto me ofreció otros datos que se relataran muy brevemente pero que dio con un final de semana  para el olvido.

Gracias a ciertas presiones que recibo de los lectores asiduos a este humilde espacio de entretención tuve que hacer preguntas puntuales para así poder escribir dejando volar a la imaginación.

Continuando con las cosas que le habían sucedido a la dama en cuestión está el hecho de que no hay marbete para su marmara y como le había pedido ayuda a su madre, esta sin mucho reparo quiso ayudar a su hija en desgracia y salió en búsqueda del marbete, pero como sabrán ya se había pasado la fecha límite para adquirir dicho asunto y por ende se hacía necesario pagar una cuota extra, pero ese era el menor de los problemas; según me cuenta la viuda su madre se dirigió al lugar de expendio del marbete y comenzó hacer la fila a las 8:30 am de un martes nubloso y llegada las 3 y pico de la tarde solo había avanzando unos cuantos metros, ya se pueden hacer la idea de lo larga que era la fila y mal contadas habían como 60 personas delante.

No obstante eso, en esa misma semana la joven tuvo un percance con su ex novio que fue de apaga y vámonos, lo mínimo que le hizo fue fundirle el BBM con su charla, su lloradera y en su pique y con cierto dolor él le pidió todos sus objetos tecnológicos para atrás que le había regalado, llámese: cámaras digitales, video cámaras, una tablet, etc.

Pero la cosa no termina ahí, le llego una migraña que al parecer le tenía alguna deuda pendiente y le dijo ahora es que me voy a cobrar para que sufras por cada pastilla que te bebes que me haces desaparecer, la cosa se puso tan fuerte que la pobre viuda tuvo que correr rauda y veloz al médico para que le recetara algo más fuerte que la pudiese aliviar.

A la lista de cosas le seguimos agregando que la diligencia que tenia para el lunes de esa semana a pesar de que la hizo quedo en parte inconclusa porque del sitio a donde ella deposito una serie de documentos le volvieron a llamar porque aun faltaban mas papeles, así que volvió a salir y en esa vuelta le cayó el aguacero de la semana encima, pero empapada como pollito pudo resolver.

De las pocas buenas noticias recibida fue que el día que estaban supuesto a depositarle su bien merecido pago por jornada de trabajo concluida religiosamente tuvo un contraste no muy alegre porque el banco que posee la cuenta a su nombre le llama para confirmar una transacción realizada de un cajero automático de otro banco rival a lo que ella dice que no ha hecho retiro de ningún banco a ninguna hora porque apenas salía hacer eso; sorprendida ella cuando le informaron que su tarjeta fue clonada y fue víctima de un robo a mano hábil. No le queda de otra que rodar para el banco para que le extienda un plástico nuevo y llega para su mala suerte 16 minutos pasada la hora de cerrar el banco, a todo esto tengan en cuenta que anda a pies y ahora sin ni uno (literalmente).

Por las bondades de su madre esta le facilita un vehículo para que se mueva y no ande así penando por las calles de nuestra en taponada ciudad pero recuerden que fue solo por un día y medio; y a este servidor se le complico las mañanas y no pude acudir a su auxilio.

Las cosas se siguen sumando. Ya llegado el esperado fin de semana, no está de tan buen ánimo porque el sábado de esa semana tenía una reunión de trabajo (celebrando el primer año), me dice que la asistencia es obligatoria, no tiene un peso arriba, ni mucho menos como moverse.

Rendía en unos de sus sueños embellecedores su mejor amiga le llama con insistencia y la despierta preguntándole que hacía, no le quedo de otra que levantarse y prestarle la debida atención para que luego no se armara un trifulca entre dos mujeres de carácter fuerte.

Para colmo de males y poniéndole la cereza al pastel quizás pudo haber ahogado sus penurias en alcohol como toda buena dominicana pero resulta que la gastritis (que es la amiga de más cercana de la migraña) decidió hacer acto de presencia permanente y no puede engullir ni comidas con grasa ni mucho menos alcohol, la mandaron a hacer una dieta rica en carbohidratos.

Finalmente me dice: “Sonrío, soy feliz y voy a limpiar ahora”.

P.D.: el banco le dijo que le devuelven el dinero en 7 días laborables.

No hay que agregarle más nada a esta peripecia, creo que está todo dicho.